Y el silencio se convierte en un muro
Una tormenta de espesa incertidumbre
En la que caigo,
Intentando aferrarme a tu mano,
Gritando tu nombre a viva voz,
Lanzando cabos al viento
Que aúlla a mi alrededor
Acallando las voces con lágrimas
Y sumiendo el corazón
En un oscuro silencio
Atormentado por un pasado
Y encadenado con grilletes
A un presente que se desvanece
Sin palabras,
Sin rumor.
Me quedó ahí,
Con el cuerpo dolorido,
Pidiendo castigo
Dolor que jamás podré sentir,
Sólo infligir,
Y muriendo al ver
Que los ojos de mi vida
Se llenan de vidrio
Roto en mil pedazos a cada palabra,
Gritándome,
Pidiéndome un silencio
Que no puedo guardar,
Que necesito romper,
Buscando unas palabras que necesito oír
Para entender.
Perdido quedo,
A la deriva en un mundo que no entiendo,
Sentimientos desbordados
Hurgando heridas abiertas
Removiendo dolores
Y encendiendo disputas
Vacuas como la nada.
Me quedo suspendido
En un líquido inerte,
Sin vida,
Intentando alcanzar
Un solo eco,
Entregando mi vida al completo
Y oyendo mis ecos de nada
Exhalar de las lágrimas derramadas.
Me moriría si así supiera que jamás volverían a caer,
Esas estacas líquidas que perforan mi ser
Con sus silencios.
Dejaría el mundo pasar
Si supiera que así,
Podría volar eternamente una sonrisa
En el cielo azul
El infinito.
Pero volvería a morir
Sabiendo que no sería por mí,
Conmigo,
En mí.
Y vuelvo a cristalizar de la nada
Un dolor tan agudo
Que perforaría el mismo universo
Engullendo toda la magia de la creación
De un salto,
Una caída al vacío,
Un dolor hambriento
De dolor.
Busco mi piel
Para arrancarla,
Por cada llanto,
Por cada error,
Por cada mirada perdida en la inmensidad
De una nada que no logro comprender.
Una nada tan llena a veces de vida
Que creo vivir,
Pero que vacío tan pronto
Como mi mano chasquea un dedo
O mi voz pronuncia un lo siento.
Me muero por dentro
Y alargo mis brazos,
Como cabos al viento,
Intentando aferrarme a mi vida
Mi única vida
Que se escapa
Con mis sollozos
Y no entiendo nada,
No comprendo nada,
No respiro nada.
Miedo.
Miedo al silencio
Con el que tanto he callado.
Miedo al dolor
Con el que tanto he sufrido.
Miedo a la soledad
Con la que tanto he compartido.
Miedo a perder la vida
que desprende el viento
y que llena las velas con las que navegamos,
Hacia el horizonte
Sin límites,
Sin porqués,
Azul horizonte que me parte el alma,
Silencio.
En dos vidas.
Una.
En un gesto.
Dolor.
En un llanto.
No puedo entender.
No logro comprender,
Penetrar en esos ojos,
Cuando se cierran los muros
De su voz
Y queda el silencio.
Mírame,
Lo necesito
Para que veas que no miento
Al decir que la vida se me escapa
A cada segundo
Que sigo siendo la sombra
De lo que una vez soñé ser.
Pero me niego ese eco.
Me inundo de silencio
Y se deriva mi voz hacia la nada,
Y quedo en un silencio apático,
Sin ecos, sin más voz que la mía
Siendo rechazada,
Tachada de egoísta
Por querer ser escuchada.
Y alargo mis manos
Y te tornas madera,
Viva de alguna manera
Pero fría al tacto,
Áspera,
Distante.
Y mis pasos se confunden,
Mi voz no alcanza,
Mi corazón marchita
Y entonces, siento,
Como una ola,
El dolor rebotando en la paredes
Como si fuera eco,
Amplificándose en mí
Como si estuviera vacío,
Y explotando
En Un dolor,
Un sentimiento
De confusión y miedo.
Me muero por dentro.
Me pierdo.
Me pierdo a cada instante
Que me deslizo a este mundo
Inerte, dónde no soy nadie,
Donde no soy lo que debo ser,
Donde no soy lo que puedo ser.
Donde sólo soy,
Silencio.
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